Para escribir y publicar un libro se requiere de varios pasos. Cada uno de ellos con un fin fundamental y para los cuales es importante tener en cuenta que desde que se concibe la idea de lo que se va a escribir, hasta el momento donde la impresión de la obra es un hecho, se requiere del conocimiento y la guía necesaria para que ese plan literario llegue a puerto seguro.
En primer lugar, está la tarea de escribir el manuscrito. En este avance inicial hay una serie de condiciones con el cual el autor de la obra debe comprometerse en cumplir. Solo así, ese proyecto que quizás comenzó como un pensamiento fugaz puede convertirse en un sólido resultado que albergue una gran satisfacción.
Luego de haber concluido la ardua labor de escribir, comienza el proceso para que el libro llegue a manos de los lectores. La publicación de una obra es una fase que puede ser complicada, larga y tediosa.
No obstante, al seleccionar el mecanismo adecuado para la edición del manuscrito se puede ahorrar recursos y tiempo valioso. Por ello, el procedimiento de autoedición es la mejor elección para lograr alcanzar el objetivo de materializar el sueño de divulgar su propio compendio literario.
En este artículo queremos mencionar en primer lugar el paso a paso de cómo escribir un libro, para luego adentrarnos en el medio por medio del cual se publicará, empleando el eficaz proceso de autoedición o autopublicación, como también se le conoce.
Cómo escribir un libro paso a paso
Pensar en cómo escribir un libro puede resultar para los novatos en dicha tarea, una idea abrumadora. Sin embargo, cada día salen al ruedo literario nuevos autores, lo que indica que al fin y al cabo todo depende del esfuerzo y la motivación que impulsen a cualquier individuo a escribir. Por supuesto, es necesario sentirse cautivado por el mundo de la escritura, las letras y la literatura.
Normalmente, tener la predilección en escribir es fundamental para quien desee publicar un libro, sin embargo, es necesario seguir un modo generalizado que garantice llevar a cabo esta misión con éxito.
Ahora bien, decir que hay una receta, guía o instructivo universal por el cual los grandes escritores se han orientado para realizar sus obras, sería sin duda una quimera. Pero, lo que si es cierto, es que, deben ejecutarse algunos pasos de gran importancia.
Por lo general, todo en la vida requiere de un plan. Situaciones que transcienden en nuestra existencia como decidir la profesión que se va a estudiar, contraer matrimonio, tener hijos, cambiar de empleo, realizar el viaje soñado, mudarse a un lugar nuevo, aprender a tocar un instrumento musical, etc., son ejemplos de situaciones que deben consumarse como un proyecto pero siempre a través de la planificación.
Definir el comienzo es primordial
Escribir un libro es una tarea que requiere de un plan bien estructurado. Todo comienza con la idea. El tener ese pensamiento de lo que se quiere escribir es preciso, pero antes se debe poseer las respuestas a algunas dudas que pueden ir surgiendo en la medida que se ha tomado lápiz, papel o el ordenador personal.
Para un novel escritor las interrogantes que deben tener respuestas inmediatas son ¿Qué tan seguido suelo escribir? ¿Los hago diariamente, cada semana o tan solo una vez en el mes? ¿Qué debo hacer para escribir más seguido? ¿Debo probar escribir los días que realmente no tengo ideas claras y motivadoras para redactar? Son preguntas necesarias que al ser respondidas honestamente darán muestra de si tú gusto por la escritura es indiscutible.
Si las respuestas se inclinan por demostrar que si hay un genuino interés en escribir, es hora de buscar la motivación o inspiración necesaria para llevarlo a cabo. Si, por el contrario, sientes que el resultado de estas preguntas indica que no estás preparado ante el hecho que implica escribir un libro, intenta realizar otro tipo de actividad, para la cual, te sientas verdaderamente estimulado a concluir de manera segura. Pero nunca te obligues a realizar algo que no estás convencido de terminar.
De ser entonces el escribir tu propio libro una intensión real, se debe proyectar una ronda de nuevas interrogantes. Estas son formuladas con el fin de definir un rumbo. Muchos autores se pierden en el camino divagando debido, quizás, a posibles distracciones que lo sacan del objetivo o simplemente por no responder de manera consciente lo siguiente:
¿Por qué escribir un libro?
A veces, cuando deseamos llevar a cabo alguna meta específica, pareciera que no tenemos certeza de que nos impulsa a ello. Sin embargo, no damos marcha atrás y continuamos tras ese objetivo. Pero es importante preguntarse el porqué queremos lograr tal o cual fin.
Escribir un libro requiere de la inversión de significativos recursos. El tiempo, la disposición económica, la capacitación constante, etc., son elementos de los que debemos disponer. No es lo mismo redactar algunos artículos para una columna editorial de algún periódico o revista, desarrollar contenidos para un blog y/o publicidad o, apuntar vivencias para nuestro diario personal, que poder expresar cualquier tema a través de una obra literaria.
Recordemos que esté es un proceso que necesita nuestra total voluntad para lograr el cometido, por lo tanto, estar seguro del motivo por el cual escribiremos un libro es fundamental para continuar tras ese, quizás, sueño innato que se ha convertido en una aspiración personal y el cual, de lograrse con éxito, podría ser el comienzo de una larga carrera profesional.
¿Cuál es el mensaje que deseo transmitir con mi libro?
Responder esta pregunta aclara el rumbo por el cual se desea transitar al comenzar escribir un libro. Aquí se define formalmente el género literario en el cual transitará la obra. Ya sea que, se trate de una narrativa, un relato, impartir alguna clase de conocimiento o divulgar una recopilación de versos o poemas de inspiración propia, entre otros temas; es absolutamente necesario estar claro con el mensaje que se desea comunicar. Una vez superado este paso todo lo demás será más fácil.
¿Cuál meta deseas alcanzar?
Puede que definida las dos respuestas anteriores es hora de ser más objetivo. Acá se debe pensar en números precisos. Por ejemplo, la cantidad de ejemplares que deseas lanzar. ¿Es un libro que solo quieres que llegue a tu circulo de allegados y familiares, o por el contrario la ambición va más allá y deseas cautivar a un nicho de lectores más amplio?
En este punto llega la etapa de saber si es tiempo de publicar seleccionando una editorial tradicional que aplica métodos convencionales, o más bien, la alternativa esta entorno al mecanismo de autoedición. Los planteamientos realistas son la clave de para lograr con éxito la meta propuesta.
Es importante establecer lapsos de entrega. Acá la prioridad es alcanzar la meta y estructurar el plan en función de tiempos, de tal manera que, establecer el cumplimiento de un calendario es una forma de ver materializado el sueño de escribir un libro.
La motivación es el elemento clave para continuar
Cualquiera que ha escrito sabe del entusiasmo que existe cuando se comienza redactar de manera espontánea. Todas las ideas se desarrollan de modo fluido y natural. Pero puede que llegue un instante donde la mente quede en negro. Por más que se intente buscar esas ideas, estas ya no fluyen de la misma manera que en un principio. Es aquí cuando se requiere altas dosis de motivación.
Son muchos los literatos que necesitan de estímulos continuamente para desarrollar sus planes al escribir. Sea que se trate de un manuscrito basado en una historia que se desea narrar, dar a conocer un estudio, descubrimiento o investigación llevada a cabo, revelar esos versos o poemas que viene recopilando desde hace un tiempo, producto de su propia inspiración, o cualquier otro tema que desees expresar; se hace indispensable mantenerse estimulado para tener siempre mucha lira.
Algunos cultivan ciertos hábitos que le permiten recordar que es necesario culminar el proyecto literario que se ha planteado. Por ejemplo, el poder mandar a plasmar la portada o cubierta de su libro que aún no han escrito para luego mantenerlo en un lugar que pueda ver a diario, como la zona de trabajo. Esto le mantendrá constantemente atento al hecho de que este plan en el que se ha embarcado será una realidad si se ocupa de forma insiste en ello.
El formar parte de grupos de escritores en las redes sociales, clubes o cualquier otra manera de sectorización, es una forma de estar constantemente motivado para escribir. El intercambio de ideas con personas que comparten las mismas ocupaciones, profesiones o formas de entretenimiento con nosotros es un modo ideal de estar motivado en cualquier área y por supuesto, el mundo de las letras no escapa de esta realidad.
La reciprocidad y la interacción con personas amantes de los libros y que a su vez gustan del trabajo de escribir puede mantener a cualquier interesado en el tema completamente alerta y con disposición absoluta a desarrollar firmemente su habilidad para la escritura.
De tal manera, que, si desea estar con el estímulo suficiente para escribir la mayoría del tiempo, recuerda formar parte de estos grupos de lectores y escritores de los cuales también aprenderás lo suficiente para hacer brillar tu manuscrito.
Escribir, escribir y escribir
Una técnica para escribir continuamente es nunca dejar de hacerlo. Parece paradójico y se podría pensar que el escribir tiene un límite. Pues para los verdaderos amantes de las plumas y las teclas, ese fin no debería de existir. Por lo tanto, redactar para blogs, escribir artículos, desarrollar borradores mientras escribes tu libro es una forma de estar en forma como escritor.
Es como el que practica algún deporte particular como el fútbol de manera constante. Puede que además de esta disciplina también realice rutinas de baile, maneje bicicleta o practique natación. La idea es estar en constante actividad física. Esto contribuye a mantener a tono la circulación, músculos y en fin todo el organismo.
Lo mismo ocurre con la escritura, estar firmemente tras una lápiz y papel u ordenador permite mantenerse activo en ideas, inspiración y el desarrollo de nuevas metas. Por lo tanto, es necesario no dejarse abrumar por lo denso o largo que se te ha presentado el contenido de tu libro. Es natural que en algún punto te sientas que no desea escribir más.
Cuando esto ocurre no hay de qué preocuparse. Seguramente, ha llegado el momento de que el ritmo avasallante de ideas durante el tránsito de tu proyecto literario ha disminuido. Esto es completamente normal, por lo que se sugiere tomar una pausa, descansar y adquirir fuerzas para hallar y refrescar nuevas nociones de cómo seguir escribiendo como lo venias realizando.
Concluye lo que una vez comenzaste
Nunca dejes el sabor amargo en tus pensamientos de lo que no puedo ser. Finaliza tu obra de manera que te tu principal meta sea editar para luego publicar ese primer manuscrito. Con toda seguridad existirán modificaciones las cuales sabrás resolver. Pero jamás dejes de concluir tú propio libro.
Leer todas las veces que sea necesaria lo que has hecho
Has terminado tu libro y ha llegado el momento de materializar la impresión de tan ardua tarea. Pero antes es necesario que leas completamente todo lo escrito. No se trata de un repaso de los últimos capítulos, pues es necesario que te familiarices con toda tu creación de manera legítima.
Asimismo, es prudente que antes de editar sepas acertadamente como está escrita cada frase y como está compuesta cada oración en un párrafo. Recuerda que se trata de un borrador al que le puedes hacer todas las modificaciones que creas ineludibles. Es una oportunidad de oro para resarcir aquello con lo cual no quedaste a gusto.
Ahora bien, recuerda también que están bajo un esquema planificado de tiempo el cual debes respetar. Por lo tanto, aunque pueda que se trate de reescribir la obra nuevamente, el tiempo empleado no tiene que ser el mismo en el cual hiciste tu primer borrador.
Este paso se refiere al hecho de que leas tu primer manuscrito con el fin de atajar esos errores gramaticales, ortográficos y de redacción que estén a tu alcance. Incluir o eliminar capítulos de ser necesario. Además, el ser crítico de tu propia obra te ubica en el lugar del lector. Todo esto permitirá que seas el espectador más exigente de tu propio libro. Hazlo sin temor y con mucho cuidado, pero sobre todo con mucho cariño. No olvides que es tu creación.
Hacer realidad un sueño – Hora de editar y publicar
Llego el momento esperado, la hora de materializar el sueño de escribir. Ya superada la primera etapa que es propiamente la creación de la obra literaria se debe avanzar en los procesos sucesivos. Editar y publicar son las fases decisivas para ese tu libro que saldrá a la calle. En esta etapa es necesario buscar la atención profesional de aquellos expertos. Ahora bien ¿Por dónde empezar?
Se requiere para esta fase tener en cuenta las mejores decisiones para que tu obra ocupe el lugar que merece. En primer lugar, es necesario editar. Aquí se hará las correcciones indispensables en todos los sentidos para que el libro no se publique con errores de cualquier tipo.
En este punto es necesario que el borrador o manuscrito sea expuesto a una observación exhaustiva y valorar así, si las ideas que el autor tenía en mente al momento de escribir, han sido plasmadas de manera coherente y real.
No obstante, es necesario tener en cuenta que existen dos formas de editar un libro y conocer las diferencias entre ella marcara la clave para alcanzar el cometido. Un libro editado por una editorial tradicional o aquel editado por el propio escritor posee diferentes visiones. En la primera y aunque tú como autor siempre serás el dueño de tu obra existirán facultades para las cuales la editorial tradicional será quien lleve la batuta.
Recuerda que en este sentido es necesario que se registre el manuscrito apenas se haya finalizado. Legalizar ante los entes competentes permitirá la preservación de tu autoría, algo fundamental para cualquier creador principalmente para que no se cometa algún tipo de plagio.
Mientras que al autoeditar es un proceso muy flexible donde el autor será quien lleve las riendas absolutas de los cambios del contenido, correcciones, diseños, maquetación, etc., las casas editoriales convencionales se destacan por ser un ente algo más inquisidor con respecto al trabajo novel de un escritor. Puede incluso que una vez enviado no muestren interés alguno en publicarlo.
Autoeditar permite que seas tú quien decida sobre tu libro, pero, de igual manera se obtendrá la satisfacción de haber realizado una labor bien hecha, que te representa completamente. Además, se recibe el beneficio económico completo por las ventas y no solo un porcentaje. Serás tú quien decida como cuando y donde publicar tu obra.
Para ello existen empresas editoriales especialistas en ser un apoyo para quien decide por este mecanismo, por lo tanto, escoge a los mejores para este proceso y alcanza el éxito que tú como autor y tu obra merecen.
Por si alguien tiene interés en conocer editoriales de autoedición, os recomiendo la lectura de este artículo donde aparece un muy buen resumen: http://www.a-game33.com/el-top-15-de-las-editoriales-de-autoedicion-en-espana/ ,a mí me ayudó bastante.