En algunas ocasiones, durante el mes se presentan situaciones imprevistas que requieren de una cierta cantidad de dinero extra, en el momento. Aun cuando la misma estará disponible al final del periodo, a la mitad o incluso al terminar la semana laboral.
La primera idea que viene a la mente es pedir prestado a algún familiar o amigo. Si el uso que se le dará al dinero requiere de un tratamiento formal, entonces es posible recurrir a un prestamista o a una entidad financiera, que siempre cobrarán un porcentaje de lo solicitado, ya que ese es su negocio.
La realidad es que duele tener que añadir un gasto por los intereses, cuando se está en medio de una necesidad, para acceder a un dinero que igual sabemos que recibiremos muy pronto. Puesto que, solo es cuestión de esperar unos días.
Conociendo un poco de lo relativo a las regulaciones vigentes de la ley del trabajo, sabremos que nuestros derechos laborales incluyen un adelanto de nomina sobre los días que ya han sido trabajados. La empresa nos proporciona ese beneficio, sometido a varias consideraciones, entre ellas la fracción que está permitido retirar.
Por razones de orden interno, las compañías procuran no incentivar esas iniciativas, más bien se esfuerzan por desestimularlas poniendo ciertas condiciones, por ejemplo, un retraso en la entrega del dinero. La buena noticia es que existen organizaciones financieras que lo asumen como parte de sus políticas crediticias y no cobran intereses, al igual que haría nuestro jefe pero sin sus trabas. Obviamente, la reposición debe ser hecha al instante de recibir el salario.
Siempre es grato saber que de alguna manera podemos resolver situaciones de emergencia o enfrentar egresos no considerados, sin caer en deudas ni siquiera por unos pocos días. Así, al presentarse una eventualidad no entraremos en pánico pensando que el mundo se nos acaba. La Tierra sigue girando y nosotros funcionando también, gracias al respaldo del sistema socio-económico actual.